Arris

Todo comenzó aquella tarde de verano, Lucía se enfrentaba a su primera realidad, tener que encontrar a gente, la cual considerar amigos en aquel alejado e inhóspito pueblo apartado de la mano de dios, pero acababa de llegar y la compañía ahora mismo le daba igual, tenia cosas mas importantes que hacer, como saber donde debía comprar la comida, de donde poder sacar agua (Por que en esa casucha no había agua corriente) o cual seria su habitación así que se puso con lo más importante.
-MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ, NO HAY INTERNET!!!!
-Claro que no hija, aquí no llega la cobertura.
-¿QUÉ?¿Ni si quiera podemos llamar a la civilización?
-Ya te dije que íbamos a estar en un pueblo algo apartado.
-¿Algo apartado?¡Pero si hemos vuelto a la prehistoria en sólo 3 horas de coche!
-No te preocupes, seguro que encuentras algo que hacer en este tiempo. Míralo por el lado bueno...
-Si mamá lo típico que se dice ahora... "Así desconectas de las tecnologías","Así no estás todo el día pegada al móvil"... Si mamá... Ya lo sé...
-Eso es, y seguro que encuentras amigos si sales a buscarlos.
-¿Con el calor que hace ahí fuera? Ni loca. He visto como se fundía un coche que estaba bajo el sol antes, yo ahí no salgo.
-Pues te vas a aburrir mucho todo el día dentro de casa.
-¡ESO ES LO QUE TE ESTOY DICIENDO YO! Quiero irme de aquí.
Lucía se tumbó en el sofá que había en medio de la habitación, era un sofá bastante antiguo estaba tapizado con una tela a cuadros grises y amarillos, por el estado de deterioro parecía que alguien había muerto ahí. A ella el aspecto le dio igual, se sentó enfadada y se puso a mirar el móvil sin cobertura, estaba incomunicada literalmente y eso a ella no le agradaba nada. Pero al rato de mirar las rayas sin cobertura tornó su mirada ligeramente hacia la derecha y se percató de que sólo tenía un 64% de batería.
-¡¡¡MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!!!
-¿Qué pasa ahora?
-Dime que por favor hay algún enchufe donde pueda cargar el móvil.
-Si, si que lo hay.
-Uffff, menos mal- Dijo relajándose un poco.
-Pero en esta casa no hay, tienes que ir a la casa de los vecinos y que te dejen cargarlo de una placa solar que tienen.
-¿De verdad mamá? No me hagas esto... No quiero conocer a ningún paleto de por aquí.
-Si quieres te acompaño, les conozco desde que era pequeña, cuando me traían aquí tus abuelos. Por aquél entonces esto estaba más lleno de vida...
-No mamá, no empieces con una de esas historias tuyas...

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